El proceso se inicia en el Departamento Comercial, que se encarga de recopilar toda la información relacionada con el cliente, sus gustos y necesidades, así como de trazar un primer boceto de distribución que resulte de su agrado. Una vez contamos con estos datos, y siempre que sea posible, enviamos a un técnico a la vivienda para que realice una medición precisa del espacio. Toda esta información se traslada a los proyectistas que, a partir de ella, elaboran un estudio completo de la cocina, incluyendo infografías, planta de distribución, alzados, listado de elementos y presupuesto. Este proyecto se presenta al cliente y, si es aceptado, procedemos a realizar los planos técnicos de instalaciones y los pedidos. A continuación, el responsable de instaladores inicia un seguimiento en obra, consistente en comprobar in situ que todas las fases se cumplen de acuerdo con lo previsto. Finalmente hacemos acto de entrega de la cocina al cliente, confirmando con él que todo está conforme al proyecto. Además, le explicamos el funcionamiento del mobiliario y los electrodomésticos.