Los orígenes de Traç Cuines se remontan a 1982, cuando Josep Mª Soler, autodidacta fascinado por el mundo de la construcción, abrió una pequeña tienda de mobiliario de cocina en el barrio de Sants (Barcelona). Su esposa, Amelia Montserrat, se unió a esta aventura desde el primer momento, encargándose de decorar con mimo las cocinas expuestas en el showroom. En 1995, coincidiendo con el traslado a su actual ubicación, el estudio se convirtió en distribuidor exclusivo de la marca Santos en la zona alta de la Ciudad Condal.
Traç Cuines nació como empresa familiar, y su relevo generacional se ha visto asegurado con la incorporación de los dos hijos de los fundadores, Jordi y Mariona Soler. El primero inició su vinculación de manera casual, compatibilizando el trabajo en la tienda con la finalización de sus estudios de carrera. En 2008 se sumó definitivamente al proyecto, tomando las riendas de los departamentos de ventas y atención al cliente. Su hermana, diseñadora gráfica de formación, se unió al equipo poco después, tras una estancia profesional en Madrid. Actualmente dirige el departamento técnico, y se encarga de la estrategia de comunicación en redes sociales. Ambos coinciden en valorar a su padre como un gran referente por su capacidad de esfuerzo, profesionalidad y honestidad, unos valores muy asociados a la manera de trabajar del estudio.