Cuando se le pregunta por sus inicios en el mundo del interiorismo, Begoña Susaeta recuerda que fue un antiguo novio quien la animó a sacar partido a sus habilidades en este sector, eso sí, no sin antes advertirle que con aquello no se ganaría la vida. Ahora resulta bastante obvio que esta última previsión fue bastante desacertada.
La diseñadora inició su andadura profesional en el año 1989, de la mano del interiorista Luis Castejón, tras finalizar un máster en Milán (Italia). Un año después decidió independizarse para desarrollar sus proyectos con total libertad, centrándose en la rehabilitación de locales comerciales, hosteleros y pequeñas oficinas. Uno de aquellos primeros trabajos le valió un premio de la Consejería de Cultura de Gobierno Vasco y, a partir de ahí, su nombre empezó a sonar cada vez con más fuerza. En 1998 recibió una propuesta para asociarse y formar una empresa, arrancando así una trayectoria empresarial que, a partir del año 2000, la llevó a hacer sus primeras incursiones en el ámbito de las viviendas particulares.
En el año 2005 fundó su propio estudio de diseño, Sube Interiorismo, en el que actualmente trabajan 8 personas, incluyendo aparejadores y decoradores, y desde el que ofrece respuestas integrales y de calidad en el campo del interiorismo y la reforma. Aunque una periodista definió su estilo con el término «euskaldinavo», Begoña se refiere a él como clásico-actual, alimentado por las influencias inglesas y francesas que ha experimentado en Getxo. En todos sus diseños presta una especial atención a la iluminación, y siempre cuida cada mínimo detalle para crear ambientes sorprendentes, cálidos y acogedores.