El correcto canteado de los tableros es uno de los factores más determinantes para la conservación del mobiliario de cocina, pues de él depende que el interior de las piezas se mantenga aislado y protegido de la influencia de líquidos y humedades. Ni los tableros hidrófugos —es decir, resistentes a la humedad— pueden afrontar este reto si no están correctamente canteados, sobre todo en zonas problemáticas como, por ejemplo, el fregadero, el lavavajillas o la nevera.
Además de controlar la calidad y resistencia de los propios cantos, como se ha mostrado más arriba, Santos ejerce un riguroso seguimiento del proceso de canteado, con el que asegura unos óptimos niveles de adherencia y durabilidad.
Para detectar cualquier posible deficiencia o anomalía, se somete a las piezas canteadas a un ciclo completo de pruebas conformes con la normativa europea y española, a las que se suman otras adicionales de carácter interno. Desde el propio laboratorio de calidad se solicitan pedidos de incógnito a la fábrica, para analizar los distintos materiales con los que trabajan las máquinas canteadoras. Ningún tablero superará estos exámenes si no está correctamente canteado.